Las torres miradores son una de las peculiaridades que hacen
a la ciudad de Cádiz única. De entre todas las torres destaca una por la
belleza y la leyenda que alberga. “La Bella Escondida”.
Esta torre se ubica en el número 13 de la Calle José del
Toro, coronando una finca que data de 1730, atribuida una familia de comerciantes de la
burguesía gaditana. Fue apodada por el gaditano Bartolomé Llompart, quien por su belleza y porque no es posible divisarse desde
la calle, la bautizó como La Bella Escondida.
Es la única torre de la ciudad de planta octogonal, de
estilo barroco tanto en su estructura como en la decoración, compuesta de
columnas y pilastras en mármoles rojizos, blancos y verdes.
Su origen sigue siendo una incógnita:
a
Cuenta la leyenda que esta torre fue mandada levantar por un padre, cuya hija se encontraba en clausura en un convento cercano. De tal modo que al ver desde el convento la robustez y la belleza de la torre, diesen fuerzas a la hija para mantener sus votos de pobreza, castidad y obediencia, durante la clausura.
Su origen sigue siendo una incógnita:
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Cuenta la leyenda que esta torre fue mandada levantar por un padre, cuya hija se encontraba en clausura en un convento cercano. De tal modo que al ver desde el convento la robustez y la belleza de la torre, diesen fuerzas a la hija para mantener sus votos de pobreza, castidad y obediencia, durante la clausura.
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